“¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si estuviere en pecados, le serán perdonados.”
(Santiago 5:14,15)
En estos últimos días, cuando muchos en las denominaciones se han ido tras las imaginaciones de sus corazones y diversas doctrinas de hombres, las multitudes están muy confundidas acerca de muchas cosas, una de las cuales es la sanidad. Y, extraordinariamente, ¡esta es una de las doctrinas más básicas de la biblia!
Dios le dijo al pueblo de Israel en Deuteronomio 7:15 que el quitaría toda enfermedad de en medio de ellos, si ellos obedecieren su palabra (Véase v.12-15). Cuando él Señor los sacó por tribus, no había ni una persona enferma entre ellos. Él les explico, que cada enfermedad y dolencia fue parte de la maldición de la ley (Deuteronomio 28:15, 61) y que vendría sobre quienes fueren desobedientes. De la misma manera, todo aquel que se acercare a El recibiría la sanidad (2 Crónicas 7:14).
El Nuevo Testamento nos dice que,
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en madero…” (Gálatas 3:13, RVA).
Y otra vez,
” El cual mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros siendo muertos a los pecados, vivamos a la justicia: por la herida del cual habéis sido sanados…” (1 Peter 2:24).
En tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento hay multitud de veces que Dios sanó la gente, y no existe ni un solo caso en donde se le dijo a alguien que vaya al médico o que tome medicamentos.
Ni siquiera uno.
Jamás.
Cuando el Señor se presentó en carne ante su pueblo Israel, habían grandes multitudes que venían hacia el con diversas enfermedades, y ¡cada uno de ellos fue sanado! Las referencias son demasiadas numerosas para ser mencionadas aquí…averígüelo por usted mismo. Ni uno de ellos se marchó de su presencia con enfermedad, y ni siquiera uno fue enviado al médico ni se le recomendó tomar medicina.
Entonces…
¿Por qué es que en muchas falsas iglesias de hoy, no están obedeciendo la escritura, y van tras los doctores y médicos para ser sanados de sus enfermedades?
Esto es sencillamente porque ellos no creen en la palabra de Dios.
“¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que no obedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad….Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos: y que alcanza hasta partir el alma, y aun el espíritu, y las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”
(Hebreos 3:18,19, 4:12).
La Palabra de Dios es la espada encendida que se revuelve a todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida; esta es la espada del espíritu (Efesios 6:17); y es la que discierne los pensamientos e intenciones del corazón del hombre…esto es, por la palabra de Dios somos capaces de ver lo que de otra manera sería invisible… ¡podemos ver lo que está realmente en los corazones de los hombres y las mujeres! Cuando dicen amar a Dios, pero rehúsan guardar su palabra, nos damos cuenta de que son mentirosos.
“El que dice, Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no hay verdad en él”
(1 Juan 2:4)
Entonces, usted puede ver que la razón por la cual algunos no obedecen a la palabra de Dios es sencillamente porque no creen en ella. Claro, puede ser que “vayan a la iglesia”, pueden ser los adoradores más ruidosos y con las oraciones más elocuentes…aún hasta el mismo pastor…pero si no están obedeciendo a la palabra de Dios, son mentirosos y punto.
En Gálatas 5:19-21, el apóstol Pablo menciono diecisiete cosas, las cuales declaro ser “obras de la carne”. La carne codicia contra el Espíritu (Gálatas 5:17), y los que viven conforme a la carne, morirán (Romanos 8:13). Pablo dice acerca de las diecisiete obras de la carne que, “… los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.” (v.21).
El segundo detalle en el verso 20 es “hechicerías”. Hechicerías puede significar varias cosas, pero en este caso se usa específicamente como una obra de la carne, y viene de la palabra griega “pharmakeia”, de donde origina la palabra “farmacia”, y que explícitamente significa “medicamento”. Aún la concordancia Strong’s lo demuestra (#5331).
Esto NO es lo mismo que usar la lengua original para cambiar el significado de una palabra para así formar una doctrina. Al contrario, esto apunta hacia el verdadero significado del pasaje en la escritura con el uso de la razón correcta y la verdad.
La Farmacología es hechicería. Siempre lo ha sido, y siempre lo será. El hombre que hoy llamamos “farmacólogo”, antes se le llamaba “brujo medico” o “curandero”; y su trabajo consistía en mesclar las pócimas químicas para así curar las enfermedades. Aunque su trabajo aún permanece; el título ha sido cambiado a una palabra griega para así distraer a las personas comunes e impedirles que la vayan a buscar a un diccionario para encontrar lo que significa y lo que verdaderamente está haciendo.
Cristiano, usted que dice después de orar con luenga bífida, que Dios “usará la medicina” para sanarte, o cree que “hará la obra por medio de la medicina”, ¿piensa realmente que aun el creyente más nuevo caerá en esas mentiras? Es más, ¿cree usted realmente que al Dios Todopoderoso se le engaña por medio de la astucia con la que pretende encubrir su duda y maldad?
Vaya pues, tome las pócimas de los doctores para así sanar, ¡y sea muerto en sus pecados! Pero no siga contaminando el Santo Nombre del Dios viviente con sus alabanzas fingidas y burlas hipocráticas. Dios no puede ser burlado, y sus verdaderos hijos, no son engañados. Entonces, crea en la palabra de Dios y sea sano y salvo, o vaya con los médicos de Egipto y muera con ellos; pero por lo menos decídase por un camino. Pero como usted desea continuar siendo tibio en las iglesias, El Maestro ha declarado que le vomitara de su boca (Apocalipsis 3:16).
Ahora, permítame tratar brevemente con los argumentos ridículos de los teólogos, quienes contradicen y piensan que se puede usar un pasaje de la escritura para anular o contradecir otro…
Hay algunos que pervierten 1 Timoteo 5:23 y predican que debemos usar la medicina para curar nuestras enfermedades…
“No bebas de aquí adelante agua, sino usa de un poco de vino por causa del estómago, y de tus continuas enfermedades.”
Primeramente, aquí no hay ninguna mención del uso de la medicina, sino del vino. Segundo, se hace evidente con solo leer esta oración, que Timoteo vacilaba siendo un obispo, en tomar vino; y obviamente había algún problema con tomar el agua en el lugar donde estaba; y Pablo le decía que estaba bien si toma “un poco” de vino, para que su estómago se sintiera mejor, y que el agua no le hiciera daño. Eso fue lo que Pablo quiso comunicarle a Timoteo. Esto es tan sencillo…
Ahora vemos el caso de Trófimo, a quien Pablo dejo en Mileto estando enfermo (2 Timoteo 4:20). La Biblia no indica cuál fue la enfermedad de Trófimo, ni tampoco nos muestra hasta qué punto se oró por él. La escritura no dice que no fue la voluntad de Dios sanarlo, y de la misma manera, tampoco dice en ningún lugar que no se recuperó. Por lo que resta del testimonio de la escritura, se puede concluir que se oró por Trófimo, y que se esperaba su mejoría. El hecho de que estaba enfermo no significa que Dios escogió no sanarlo; y es ridículo y anti bíblico de que muchos enseñen esto.
También existen aquellos que se refieren a la declaración de Pablo en Colosenses 4:14 para deducir que Lucas fue médico. Estas bestias salvajes, quienes solo conocen la carne, aseguran que porque Lucas fue médico, es aceptable para nosotros como cristianos practicar la medicina e ir a los médicos para que nos sanen. Pero, ¿adónde es que la escritura registra que Lucas haya practicado la medicina, después de ser salvo?, y ¿adónde se menciona que alguna vez haya aplicado medicamentos o que haya realizado cirugía en alguna persona? Estos guías ciegos, en realidad creen y enseñan que Lucas practicaba hechicería, ¡al mismo tiempo que realizaba el trabajo del real sacerdocio de Dios! Si, Lucas fue un médico; Mateo fue un publicano; Simón Pedro fue un pescador; pero estos dejaron todo por seguir a Jesús. Lucas pudo haber administrado lo que hoy llamamos “primeros auxilios” (Algo así como limpiar heridas abiertas—Véase Lucas 10:33-35), pero él jamás practico el arte de la medicina, porque eso era y [sigue siendo brujería] y ¡una abominación ante Dios!
Por último, está el asunto del “aguijón en la carne” de Pablo en 2 Corintios 12:7. Esta enseñanza está tan clara en la escritura, pero las mentiras de los que contradicen son tan ridículas, que me parece muy doloroso tener que mencionarlo, pero tengo el deber de hacerlo aquí…
Primero, leamos de una vez el capítulo 12 de 2 Corintios. Esto aclarará todo este asunto de una vez. Si todavía hay alguna confusión, déjeme decirle la verdad que el “aguijón” del cual Pablo se refiere, no fue ninguna enfermedad; era más bien “un mensajero de Satanás que me abofetee”. El “aguijón” fue las persecuciones y tribulaciones que Pablo sufría, por lo cual rogo al Señor tres veces para que se las removiera, pero el Señor le respondió que su gracia es suficiente. Por lo tanto, Pablo dijo que preferiría gloriarse en su flaqueza (debilidad), porque, dijo el, “cuando soy flaco, entonces soy poderoso”. Cualquiera que cree en la mentira de que el “aguijón” de Pablo fue una enfermedad física sencillamente no se ha tomado el tiempo para leer el pasaje en la escritura que habla sobre ello. Más bien, asisten a las reuniones en sus “iglesias”, y abren sus Biblias a uno o dos pasajes por treinta minutos, mientras el predicador predica, y después cierran sus Biblias hasta la próxima reunión semanal en la “iglesia”. Esta gente no conocen ni sus Biblias ni al Señor Jesucristo. Creen a las mentiras de los teólogos antes que al testimonio de la escritura, y como consecuencia, ¡perecerán en el infierno!
¿Por qué piensan que Pablo tuvo una enfermedad en el ojo? Le diré la razón… ¡por todas las mentiras de los teólogos! (Jesús le llama a estas mentiras, la levadura de los Fariseos). No existe tal enseñanza en la escritura.
Veamos Gálatas 4:13-15.
“Que vosotros sabéis que por flaqueza de carne os anuncié el evangelio al principio: Y no desechasteis ni menospreciasteis mi tentación que estaba en mi carne: antes me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. ¿Dónde está pues vuestra bienaventuranza? porque yo os doy testimonio que si se pudiera hacer, os hubierais sacado vuestros ojos para dármelos.”
Ahora bien, en Hechos 13, el Espíritu Santo envió a Pablo y Bernabé en un viaje a predicar el evangelio, y en Hechos 16:6, dice que habían pasado por Phrygia y la provincia de Galacia (¡Donde se encontraban los gálatas, señores!)…Entre estos dos lugares, ¿se hace mención alguna vez de que el apóstol Pablo estuviera ciego? ¡Por supuesto que no! Pero sí se menciona varias veces en la Biblia de que él había sido perseguido con azotes y lapidaciones, también cruelmente flagelado, lo cual le dejo bien lleno de cicatrices. Por eso es que él dice “mi tentación que estaba en mi carne”, y “por flaqueza de carne os anuncié el evangelio” en Gálatas 4. Pablo fue un hombre que traía en su cuerpo “las marcas del Señor Jesús” (Gálatas 6:17). Aquí Pablo está hablando acerca del amor de parte de los gálatas, y que si hubiese sido posible, ellos se hubieran sacado sus propios ojos, y se los hubieran dado a él, no porque Pablo no tenía buenos ojos, como nos aseguran los teólogos erróneamente; más bien, fue por el amor intenso y apreciación de los gálatas quienes lo recibieron como “a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús”…
Pablo también hizo otra declaración en el capítulo 6 de Gálatas, diciendo, “Mirad en cuán grandes letras os he escrito de mi mano” (RVA). “En este caso en particular, es necesario leer la traducción correcta de la carta de Pablo (Mirad qué larga carta os he escrito de mi mano. Biblia del Oso (1569), porque los eruditos modernos y sus manuscritos corruptos han mal traducido Gálatas 6:11 en cada edición posterior. También añado que la versión King James en Ingles de 1611 contiene la traducción correcta, y la mayoría de las otras Biblias en Ingles no.”
Ahora, esto es simplemente Pablo, quien normalmente dictaba las epístolas y escribía nada más la última frase, declarando que en esta ocasión había escrito la carta con su propia mano. Está perfectamente sencillo, pero hay algunos guías ciegos por ahí que nos quieren hacer creer que Pablo estaba diciendo que debemos notar cuán grande dibujaba las letras cuando escribía, porque estaba ciego y tenía que hacer las letras muy grandes.
Hijitos, ¿ALGUNA vez han conocido a alguien que tuviera que escribir en letras grandes porque fuera CIEGO? ¿En realidad piensan que escribir letras grandes le facilitaría a una persona ciega la lectura o la escritura? ¡Eso es ridículo! No es ni siquiera cerca de lo que Pablo dijo; y si alguno conoce a Pablo, y sabe que de hecho todas sus cartas en el Nuevo Testamento fueron dictadas por él, sabría perfectamente lo que quiso decir en Gálatas 6:11.
Pablo, el apóstol de Cristo, no estaba ciego, con la excepción de los tres días después de conocer al Señor. Al tercer día se le quito la ceguera (Hechos 9:18), y no hay ninguna mención al respecto después de esto en la Biblia.
Ahora, escúcheme bien…
Los mentirosos que quieren que usted piense que Pablo estaba ciego, quieren que usted también piense que tiene una enfermedad la cual Dios no pueda o no va a sanar.
Digo otra vez, fíjese en todas las multitudes que se acercaron a él, cuando vino en la carne, para ser sanos de diversas enfermedades; espirituales, físicas, y mentales.
¿Cuántos de ellos regresaron enfermos, o recibieron una receta médica del Señor o una cita para ir al médico?
¡NINGUNO!
Cada uno de ellos fue sanado. Y Jesucristo no ha
cambiado (Hebreos 13:8). El todavía sana a cualquiera que se acerca a él en fe y en obediencia.
Si usted es un cristiano, entonces la Biblia le ordena que hacer si está enfermo (Santiago 5:14, 15). Si no tuviere ancianos a quienes llamar, entonces usted tiene un pacto con Dios. Ore y reciba su sanidad de parte de él. “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.”
Juan 14:13,14
Y si usted llega a conocer a alguien que no es cristiano y necesita sanidad, entonces usted puede poner sus manos sobre esa persona y será sana, o puede orar por el en su recamara de oración.
Pero, para usted como cristiano el recibir o proveer medicamentos para otros, se define claramente en la Biblia como hechicería; y los que practican tales cosas no heredaran el reino de Dios (Gálatas 5:21).
Además—
“…los incrédulos… á los abominables…y HECHICEROS,…su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
(Apocalipsis 21:8)
“…Empero cuando el Hijo del hombre viniere, ¿hallará fe en la tierra?
(Lucas 18:8)
Cristiano—- ¿a quién le creerá usted?… ¿a los teólogos, o a la Biblia?
Y, cuando esté enfermo, ¿en quién pondrá su confianza?
¿En los médicos, o en Jesucristo?
No se puede confiar en ambos porque confiar en uno significa negar al otro. No hay dos caminos. O confiamos en el Señor, o confiamos en los hombres y en la medicina.
¿Entonces, a cuál de ellos negaría usted? y ¿En cuál confiaría?
¿Le estoy diciendo que NO tomé su medicina? No. Si usted siente que eso es lo que necesita para sanar, entonces sígalo haciendo. No le estoy diciendo que no lo haga.
Lo que le estoy diciendo es que usted no NECESITA hacerlo…que Dios puede y va a liberar de la necesidad de medicamentos (lo cual es esclavitud), y que si usted le cree y le obedece, puede ser sano de todas sus enfermedades, lo cual no es solamente más fácil, pero también más barato (¿Cuánto dinero le ha dado a los estafadores por sus drogas a través de los años?), y es lo que le agrada al Señor.
No se puede seguir sirviendo al Señor y confiando en los doctores y en las drogas. No se puede servir a dos Señores, mi amigo. Debes escoger a uno solamente.
Debo añadir que el tiempo está cerca, cuando tendrá que escoger entre Jesús y su comida diaria y su techo. Cuando la fuerza de la bestia obligue a todos a tomar su marca para que tomen parte en el sistema del comercio mundial, ¿qué escogería usted? Muchos en las iglesias ya se han vendido a Satanás.
Amigo, ¿qué hará usted?
Le suplico que le Obedezca a Dios y viva.
Velad y orad, amados. Maranatha!
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