27 de Octubre 2001-5762 Año de Nuestro Señor
Para toda la simiente de Dios el Padre, la generación de Jesucristo, engendrados de la incorruptible semilla de vida, la cual es la palabra de Dios, Saludos.
Para nuestro Señor y Salvador Jesucristo sea el honor y la gloria por todos los siglos.
Amen.
En estos ultimas días, casi 2,000 anos después de que las últimas escrituras del Nuevo Testamento de la Santa Biblia fueron completadas, y casi 1,700 anos después que “…la gran ramera, la que esta sentada sobre muchas aguas” (Apoc. 17:1) empezó a implementar el disfraz de la Iglesia Católica Romana; la verdadera esposa de Cristo, habiendo sido toda pero extinguida en el milenio de las oscuras tinieblas a las cuales aun nos seguimos refiriendo como “la Edad de las Tinieblas” (acerca 500-1,500 D.c.) ha estado, por alrededor de los últimos 5 siglos, experimentando un proceso de lavamiento o purgamiento, el cual el Espíritu Santo menciona limpiándola con el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela (la iglesia, su esposa) a si mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha, ni arruga, ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha (Efesios 5:26, 27).
La misma semilla de la cual nosotros fuimos engendrados es también la misma fuente de purificación la cual nos limpia y santifica mas y mas hacia el día perfecto… (Proverbios 13:14, Juan 15:3, 17:17, Proverbios 4:18) Y aquellos quienes verdaderamente son engendrados por ella tendrán corazones llenos de ella (Proverbios 4:20,21), y bocas hablando de ella (Mateo 12:34,35, 1 Pedro 4:11), así como también una conversación que la manifieste.
La declaración del apóstol Pedro, “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios…” (1 Pedro 4:11), clama el mismo mensaje como en la epístola de Judas verso 3, “…contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.”.
La naturaleza de esta presente batalla es del espíritu; y el arma ofensiva con la cual hemos sido equipados es, “…la espada del Espiritu, que es la palabra de Dios.” (Efesios 6:17), para el propósito que pueda ser hallado, “…derribando argumentos, y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios…”.
La razón por la cual yo escribo esta epístola, en el servicio de nuestro Señor Jesucristo, y para la edificación de su cuerpo, la iglesia, es para preparar mejor a todos los santos del Dios viviente en contra de una herejía particular, la cual es muy perjudicial: esta es un arma Jesuita procediendo de la gran ramera misma, la Iglesia Católica Romana, y especialmente durante el último siglo, ha sido rápidamente adoptada por todas sus hijas (pues en verdad es la MADRE DE LAS RAMERAS—Apoc. 17:5) , las cuales son mayormente conocidas hoy en día como las denominaciones protestantes: todas las cuales proclaman haber sido liberadas de ella, pero aun se encuentran contaminadas con la mugre de sus doctrinas y practicas abominables.
Esta particular doctrina venenosa es un ataque a la misma fundación de la fe de nuestro bendito Señor Jesucristo. Este es un concepto el cual ni es mencionado ni inferido en ninguna parte de la Escritura, y aun así es aceptablemente mencionada por la mayoría de los que profesan ser cristianos, como el mismo nombre de nuestro bendito Senor Jesucristo, como si fuera la palabra de Dios, y la fundacion del evangelio: la cual muchos creen que lo es.
¿Cual es esta, te preguntaras?
Esta es la misma raíz de un falso evangelio (el cual no es evangelio) la cual atrae a los pecadores perdidos a, “aceptar a Jesucristo como tu Señor y Salvador personal”, o “aceptar a Jesucristo en tu corazón”, acompañada por la falsa promesa engañadora que cuando estos pecadores perdidos hacen este pretendido ritual, ellos se han convertido cristianos: cubiertos por la sangre de Jesús y siendo habitados por el Espíritu Santo, y listos para entrar en el cielo en ese mismo momento.
Pero la verdad es, que esas palabras, o ese evangelio, no se encuentra en ningún lado en la Biblia, y que esas almas están aun perdidas en sus pecados, sin la sangre redentora de Jesucristo, o el poder de su Espíritu: y de hecho ellos están mucho peor en este estado a como ellos estaban anteriormente, porque ahora ya no están buscando la salvación, porque sus predicadores mentirosos les han dicho que ellos ya la tienen.
Y cuando ellos comienzan a preguntarse porque no tienen el poder para vivir de una manera santa y derrotar el pecado, estos mismos predicadores mentirosos los inflan con sus enseñanzas de “fe”, con grandes palabras hinchadas de vanidad, a través de los deseos de la carne y mucha lascivia, las cuales llevan a estas pobres almas perdidas aun mas profundo del lado de la decepción religiosa.
Aquellos a quienes esta epístola esta dirigida están establecidos en la fe de Jesucristo, y saben que la salvación del Nuevo Testamento, la cual empezó a ser predicado por la boca de Simon Pedro en el día de Pentecostés, 33 D.c., es entrada por el creyente arrepentido, habiendo sido nacido de nuevo, por medio del bautismo en el nombre de Jesucristo y el recibimiento del Espíritu Santo. Aquellos quienes son nacidos de la semilla incorruptible de la palabra de Dios saben que la sangre de Jesucristo fue derramada para la remisión de pecados (Mateo 26:28, Romanos 3:25, Efesios 1:7, Colosenses 1:14), y que la ÚNICA manera, desde que la iglesia del Nuevo Testamento fue nacida, para cualquier persona para recibir remisión de pecados, es arrepentirse y ser bautizados en el nombre de Jesucristo.
(Lucas 24:47, Hechos 2:38, 22:16, 1 Corintios 6:11, Colosenses 2:11,12, etc…)
Nosotros sabemos también por el testimonio de la Escritura que el bautismo del Espíritu Santo es el sello de Dios, las arras de nuestra herencia (Efesios 1:13,14), el poder de la resurrección (Romanos 6:4,5, Colosenses 2:12), y es siempre y sin excepción manifestado por el hablar en otras lenguas y profetizando.
(Marcos 16:17, Hechos 2:1-4,18, 10:44-46, 19:6, etc…)
Este es el nacimiento Bíblico de agua y Espiritu (Juan 3:5), y como está escrito;
“Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espiritu, el agua, y la sangre:
y estos tres concuerdan.”
(1 Juan 5:8)
Mayor parte del problema, el cual lleva a muchos en las iglesias a abrigar el falso evangelio de “aceptando a Jesucristo”, es la falta de entendimiento de el nuevo nacimiento.
***El falso evangelio de “aceptar a Jesucristo” enseña que el Espiritu Santo convicta al pecador de su vida pecaminosa, y que el pecador comienza a ser “nacido de nuevo” por el ritual de decir una “oracion del pecador” y “aceptando a Jesucristo en su corazon”.
***Mas sin embargo la Biblia nos enseña que es la palabra de Dios la cual convicta al pecador de su pecaminosidad (Nehemías 8:9, Romanos 7:7-13, 1 Corintios 15:56); y que también es la palabra de Dios la que aviva al pecador, o causa a que el sea nacido de nuevo (Salmos 19:7, 119:50, Lucas 8:11, Santiago 1:18, 1 Pedro 1:23); y que este milagro no es el trabajo de la voluntad del hombre, sino de Dios (Juan 1:12,13, 6:65, Romanos 9:16).
Nuestro Señor mismo enseño, durante su discurso con Nicodemo, que, “…el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” (Juan 3:3). El no dijo que siendo nacido de nuevo lo hace a uno hijo de Dios, o un cristiano; sino que siendo nacido de nuevo le da a uno poder para venir a ser un hijo de Dios (Juan 1:12): esto es, que el pecador es capaz de mirar el reino de Dios, y sentir una tristeza que es según Dios por sus pecados (2 Corintios 7:10), y así el pueda volverse hacia Dios o arrepentirse y obtener entrada en el reino siendo nacido de agua y del Espiritu por medio del evangelio del plan de salvacion del Nuevo Testamento (Juan 3:5, Hechos 2:38).
Y en estos últimos días, cuando la llenura del evangelio finalmente estalló otra vez por todo el mundo a finales del siglo XIX (1800’s) después de muchos siglos ser todo menos perdido en las tinieblas de la época medieval, Satanás exitosamente ha inyectado esta ridícula herejía en las denominaciones por medio de su orden Jesuita (una organización anti-protestante instituida en el siglo dieciséis con el propósito de destruir a las iglesias protestantes y traerlas de nuevo para atrás bajo la cabeza de la Iglesia Católica Romana), para que cuando un pecador escuche la palabra de Dios y sea estimulado al arrepentimiento (nacido de nuevo), esa antigua Serpiente se mueva rápidamente antes que el pecador pueda escuchar el verdadero evangelio del plan de salvación, y dice:
“¿Te gustaría recibir a Jesucristo como tu Salvador y Señor?
Solamente repite después de mi…”
…y repentinamente esa pequeña nueva chispa de vida está arrancada, así como un bebé recién nacido es abandonado en un bote de basura. Si nadie encuentra a ese pequeño bebé y lo rescata, seguramente morirá. Así mismo morirá el devoto nacido de nuevo quien nunca obedeció el evangelio.
Estas pobres almas están convencidas que están salvadas, porque existe un cambio en sus vidas. Y de hecho es un cambio real. Ellos han sido nacidos de nuevo. Ellos tienen nuevos deseos y una nueva actitud – una actitud de arrepentimiento y una forma de piedad. Y puesto que este cambio es manifestado en ellos, ellos están completamente persuadidos que el falso, inescritural evangelio que ellos han obedecido los ha hecho cristianos; hijos de Dios, y herederos junto con Jesucristo. Y sus falsos pastores engruesan sus tinieblas semana tras semana con predicaciones suavizadas y halagaderias diabólicas. Así como escrito está,
“Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción.
Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.
Ciertamente si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero.”
(2 Pedro 2:19,20)
Y de esta manera el pueblo de Dios, aun mas que antes, están siendo destruidos por falta de conocimiento. (Oseas 4:6)
Amados hermanos, no sean engañados.
El falso evangelio “acepta a Jesucristo como tu Señor y Salvador” no está escrito en ninguna parte en la palabra de Dios. Y si no está escrito, nosotros, el pueblo de Dios viviente, no deberíamos nunca de hablarlo.
Por la gracia y poder de nuestro Dios, ¡dejemos que esta herejia inspirada por el Diablo, y hecha por hombres, sea eliminada del vocabulario de cada cristiano, para que asi no podamos confundir más o ser confundidos por estas palabras impuras e ideas que no son de Dios!
Asi como dijo el profeta:
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.” (Proverbios 4:23)
Ten cuidado—muchos de los falsos maestros irán a la enseñanza de Jesús en Lucas 18:10-14 como autoridad de su falso evangelio “la oración del pecador”…
Pero nosotros debemos de usar bien la palabra de Dios (2 Timoteo 2:15), y reconocer que el periodo de tiempo descrito en los cuatro evangelios de Mateo, Marcos, Lucas, y Juan estaban aún en los días del Antiguo Pacto, antes de que la iglesia del Nuevo Testamento comenzara a existir; y nuestro Señor en este pasaje (y varias otros en los 4 evangelios) no estaba predicando el plan de salvación del Nuevo Testamento, el cual aún era un futura concepto a ser realizado; sino que el había venido “…a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Ezequiel 34:11, Mateo 15:24), el pueblo de Dios, quienes ya habían sido llamados por su nombre (Isaias 43:7, 63:19), y en pacto con el por la circuncisión (Génesis 17:10-14, Romanos 4:11).
Todo lo que fue requerido de ellos para estar bien con Dios (salvados) en ese periodo de tiempo era arrepentirse y creer en el Hijo de Dios.
(Deuteronomio 18:15-19, Juan 3:18, 5:24, etc…)
Es por eso que Juan el Bautista vino antes que el, en el espíritu y poder de Elias, de acuerdo a las Escrituras de los profetas (Isaías 40:3, Malaquías 3:1, 4:5,6), “…para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.” (Lucas 1: 17).
Israel no necesitaba convertirse hijos e hijas de Dios; ellos ya lo eran.
(Mire en Mateo 9:2,22, Isaias 43:6,7, Jeremías 31:9)
Ellos necesitaban arrepentirse – volverse de sus malos caminos y regresar a Dios – de esa manera ellos pudieran ver a su Mesías.
Ese fue el ministerio de Juan el Bautista.
(Mire en Juan 1:31, Lucas 1:76,77, 7:29,30)
Las Escrituras testifican que aquellos quienes rechazaron el mensaje de Juan y su bautismo permanecieron cegados por sus pecados, y no pudieron ver a su Salvador. Pero a aquellos quienes obedecieron el mensaje de Juan, y escucharon y obedecieron las palabras de Cristo el Señor, él hablo con alegría muchas veces, “…Tu fe te ha salvado “.
(Lucas 7:50, 18:42, 19:9, 23:43, etc…)
En aquel tiempo, ese era el requisita de Dios á Israel para ser salvos. Esto es necesario para el pueblo de Dios de hoy conocer y entender que esa gente vivieron, y esos eventos tomaron lugar durante la dispensación del Antiguo Testamento, y que la iglesia y el plan de salvación del Nuevo Testamento bajo el cual nosotros vivimos hoy no habían sido aun traídos a existencia, ni habían sido revelados.
El Nuevo Pacto hablado por Jeremías el profeta (Jeremías 31:31-33), y Ezequiel (Ezequiel 36:27), y referidos por el apóstol Pablo en 2 Corintios 6:16, empezaron a ser manifestados en el día de Pentecostés en el año 33 D.c., cincuenta días después de la resurrección de nuestro Señor, así como estaba escrito en la ley (Levítico 23:9-16).
Aquel fue el día que, “…un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas” (Hebreos 8:6) vino a todo el mundo: al Judío primeramente, y también a los Gentiles (Romanos 1:16, 2:9).
Aquel fue el día que la iglesia del Nuevo Testamento de Jesucristo fue nacida: y desde aquel día (y no antes) el evangelio (plan de salvación) del Nuevo Testamento ha sido predicado por todo el mundo hasta este día; y es aún el mismo así como cuando Pedro y los otros apóstoles de nuestro Señor lo predicaron la primera vez (Hechos 2:38), y es aún tan necesario para los verdaderos santos de Dios que contiendan ardientemente por el, así como somos exhortados por nuestro fiel hermano Judas en su epístola (v.3).
~Otro engaño del Diablo~
Otro truco común del enemigo es tomar las palabras de Pablo en Romanos 10:9,10 fuera de contexto (así como está escrito que muchos lo harían – 2 Pedro 3:15,16), y sustituyen esta frase por el plan de salvación del evangelio.
Este es un error muy grave y peligroso por muchas razones.
Primero, el pasaje en cuestion comienza en medio de una sentencia – “…que si confesares…” (Romanos 10:9); y los falsos maestros quienes piensan que este es el evangelio siempre fallan a regresar al principio de la oración, porque el contexto de este pasaje echa abajo la interpretación de su cláusula seleccionada. La oración comienza en el verso 6, y es una enseñanza por Pablo concerniendo “…la justicia que es por la fe…” contra “…la justicia que es por la ley…” (verso 5).
Todos los capitulos 9,10, y 11 de Romanos son concernientes al plan de Dios para Israel y los Gentiles, y este pasaje no es una excepción. En el, Pablo se refirió a la ley (especificamente a Deuteronomio 30:11-14), en la cual Dios estaba testificando a Israel que ellos habían oído su ley, y que estaban sin excusa para no retenerla, porque estaba en sus bocas y en sus corazones, para que ellos la pudieran cumplir (Deuteronomio 30:14).
Y ahora Pablo está usando ese mismo precepto para la iglesia del Nuevo Testamento, siendo la diferencia que ya no tenemos que mantener la ley de los mandamientos contenidos en ordenanzas (Efesios 2:15), la cual Cristo nuestro Señor abolió en su carne; pero, “… para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espiritu.” (Romanos 8:4): cual justicia es cumplida en nosotros por continuación en la fe de nuestro Señor Jesucristo y su resurrección (Hebreos 3:6,14, Colosenses 1:23), y continuando el confesar su nombre ante los hombres (Mateo 10:32,33, Lucas 12:8,9); los cuales ambos pueden ser realizados en hombres y mujeres solo por el Espíritu de Cristo mismo en nosotros.
(Mateo 10:19,20, Marcos 13:11, Lucas 21:14,15, Apocalipsis 19:10)
Este punto trae a la luz la segunda razón por el error de los falsos maestros: que siendo muy simple que este pasaje, y de hecho la epístola completa, no está dirigida a los pecadores perdidos para decirles como volverse cristianos.
Sino que, como son todas las epístolas del Nuevo Testamento, esta es dirigida á cristianos (Romanos 1:7), para enseñar y exhortarnos a permanecer firmes en la fe, y para enseñarnos y darnos instrucción para que podamos entender mejor al Dios que servimos y al evangelio que hemos obedecido. Este pasaje en Romanos 10:9,10 ¡NO es el plan de salvación para los pecadores perdidos!
El apóstol Pablo predicó un solo evangelio (Galatas 1:8), así como puede ser evidente si escudriñamos las Escrituras en los Hechos y las epístolas. Pero aquí (Romanos 10) Pablo está enseñando a la iglesia la diferencia entre la justicia de la ley y la justicia de fe; explicándonos que nuestro justicia ante Dios ya no es en sacrificios de animales, y diversos lavamientos y ordenanzas carnales, pero es en creyendo en nuestros corazones que Dios resucitó a Jesús nuestro Señor de los muertos, y en confesando su nombre con nuestras bocas. Luego, en versos 11-15, Pablo explica la importancia de este precepto- por,
“…y como oirán sin haber quien les predique?”.
Tercero, en capítulos 6 y 8, Pablo ya había discutido en gran detalle el bautismo en agua, y el bautismo del Espíritu Santo, el cual es el evangelio que nosotros (la iglesia de Dios) ya hemos obedecido; y los cuales son los recipientes originales de esta epístola (los santos en Roma) que ya habían sido obedecidos cuando esta fue leída por ellos.
Esto no es difícil de entender: son solamente las enseñanzas impuras de hombres reprobados las cuales nublan el entendimiento de la verdad. Así como está escrito:
“Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas.”
(Tito 1:15)
Pero las palabras de Dios todas son rectas para aquellos que entienden.
(Proverbios 8:9)
El malentendimiento de este pasaje de la Escritura tiene literalmente a millones de almas perdidas corrompidas y en su camino a la destrucción eterna hoy en día, como resultado de la falsa doctrina de “acepta a Jesucristo en tu corazón”.
Que Dios Todopoderoso otorgue a sus verdaderos hijos la gracia de buscar de Él y descubrir la simplicidad de la palabra pura de las Santas Escrituras, y la clara verdad revelada dentro de ella, en el nombre de Jesucristo.
Amén.
Otro verso que los falsos predicadores adoran usar (fuera de contexto) para extender su herejía de “acepta a Jesucristo como tu Señor y Salvador” es Apocalipsis 3:20.
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oye mi voz y abre la puerta, entrare a el, y cenare con el, y el conmigo.”
Oh si – ellos aman implorar a los pecadores perdidos con sus suplicas emocionales a “abrir la puerta de tu corazón e invitar a Jesús a que sea el Señor de tu vida…”
Pero ellos fallan a decir a estas pobres almas perdidas que las palabras que ellos están mal-usando nunca fueron dirigidas a pecadores perdidos. Ellas son las palabras de nuestro Señor Jesucristo para una iglesia fría y desobediente – la iglesia de Laodicea.
Estas palabras no están dirigidas al mundo, ni están dirigidas a las denominaciones que rechazan el evangelio del Nuevo Testamento. La única iglesia en el Nuevo Testamento es la iglesia de Jesucristo, y solo aquellos quienes han obedecido el evangelio del Nuevo Testamento (Hechos 2:38) son una parte de ella, pues la Escritura claramente declara que quien no haya recibido el Espíritu Santo no es de Él (Romanos 8:9, Efesios 1:13,14), ni tampoco lo son aquellos quienes no han sido bautizados en su nombre (Gálatas 3:27, Hechos 19:3-5, 2 Tesalonicenses 1:8,9).
Santos de Dios, estas palabras son una llamada para despertar a los fríos, de doble animo, y apatético pueblo de Dios en estos últimos días, quienes están, por multitudes , en el mero borde de ser sellados por Dios dentro de la contaminación de Sodoma con la cual ellos se han comprometido, si ellos no despiertan a la justicia y al temor de Dios, y comienzan a ser transformados por el poder de Dios de devotos muertos (aquellos que van a la iglesia semanalmente pero no tienen vida) a soldados vivientes, valientemente proclamando la luz del evangelio de Dios en un mundo envuelto en densas tinieblas, temiendo a Dios solamente y no a los rostros de los hombres y buscando el hacer tesoros en el cielo en vez de hacerlos aquí en la tierra.
Estas palabras son una súplica paciente de amor de nuestro amoroso Señor, quien dijo un poco antes de esto:
“Yo reprendo y castigo a todos los que amo: se, pues, celoso, y arrepiéntete.” (Apocalipsis 3:19)
Estas palabras son para la iglesia.
Incluidos aquí dentro han sido revelados algunos de los métodos por los cuales los falsos maestros de esta era están propagando esta herejía impía de “aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador”, por cual tal decepción muchas multitudes están pereciendo en sus pecados, mientras que ellos están completamente convencidos que son cristianos.
Ahora las palabras de nuestro Señor en Lucas 13:24 parecen mucho mas claras:
“Esforzaos a entrar por la puerta angosta: porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.”
Amados hermanos de todo el mundo, llamados de Dios a ser santos; generación escogida, real sacerdocio, y nación santa; prestemos atención a la llamada del Espíritu en estas últimas horas a ser diligentes en buscar y servir a nuestro gran Dios Todopoderoso con todos nuestros corazones y vidas, el cual es nuestro más razonable servicio. Busquemos su rostro con oraciones y ayunas, y suplicándole enteramente de corazón que nos limpie de toda creencia, practica, y palabra que no proviene de Él, para que de esa manera podamos servirle aceptadamente y con reverencia y temor divino.
Dejemos de pensar en nosotros mismos como si fuéramos algo cuando no somos nada, engañándonos nosotros mismos dentro de un sueño espiritual muerto, y acudamos por refugio para poder asirnos en la esperanza puesta delante de nosotros, en el temor de Dios dándole siempre reverencia, obedeciéndole, dándole a Él sacrificio de adoración continuamente, esto es, el fruto de nuestros labios dando gracias a su nombre; y permaneciendo firmes en un Espíritu – el Espíritu Santo – con una sola mente esforzandonos juntos por la fe del evangelio.
Corramos la carrera como si hubiera no más un premio, con toda diligencia, y prestando toda atención a las palabras de nuestro glorioso Señor en Apocalipsis 21:7,8…
“El que venciere, heredará todas las cosas, y yo seré su Dios,
y él será mi hijo.
Empero a los temerosos, e incrédulos; a los abominables, y homicidas; y a los fornicarios, y hechiceros; y a los idólatras, y a todos los mentirosos, su parte será en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.”
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes.
Amen.
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